sábado, agosto 18, 2007

Stress

Solo aquellos días, cuando el stress pareciera que va a acabar conmigo.
Mi mente parece preferir destruir el mundo primero.
Sucede sin que mi conciencia intervenga... apenas una imagen,
que pasa tan rápido que a veces no le presto atención.
Frente al parque, mientras espero el bus, contemplo el casi bucólico entorno.
La iglesia, los cerros detrás y la cordillera nevada de fondo, gente paseando.
y justo ahí, aparece, un flash...
El mundo cambia, lo que es verde y lleno de vida.
Ahora es tierra yerma, seca y todo se ve en tonos rojos...
El ambiente húmedo y frío, ahora es seco y caluroso.
Al voltear hacia la ciudad, veo caer bolas de fuego.
La ciudad real, se superpone con una destruída, llena de fuego y ruinas.
Siempre es la misma imagen, aunque la he visto desde distintos puntos, dependiendo de donde me haya encontrado en el momento en que esa imagen se presenta.
Cuando vuelvo a inhalar aire me doy cuenta que tiene que haber sucedido en una fracción de segundo, solo cuando vuelvo a estar consiente, mi corazón se acelera, producto de la adrenalina.
Solo queda una vacía sensación... solo eso... hasta ahora...
por primera vez quedo algo más... dos palabras...
que al recordarlas me dejan sin aliento...

Tres días.

1 comentario:

Soledad Castro dijo...

No eres la única. En estado de desesperación un terremoto no vendría mal o, si está lloviendo, que haya inundación. Paso, eso si, con invasiones marcianas o estado de guerra. Prefiero la destrucción proveniente de las fuerzas naturales que humanas o alienígenas.