lunes, abril 30, 2007

Desde la Oscuridad

Reunidos en las ruinas de lo que alguna vez fue una universidad, los olvidados seguimos resistiendo.
Tratamos de buscar una salida aunque no la vemos.
Miradas cabizbajas, rostros insomnes meditando, esperando...
Un repiqueteo repentino y estruendoso sobre nuestras cabezas nos hizo levantarnos para luego arrojarnos al piso, era otro barrido con los helicópteros, otra vuelta en busca de "sobrevivientes", que él había enviado.
Me arrastro bajo unos muebles desvencijados, todos en silencio observamos, escuchamos y esperamos. Los minutos corren en nuestra contra es cuestión de tiempo para que nos encuentren.
Podríamos salir y rendirnos, pero resistimos.
Él sabe que estamos aquí, sabe que podría simplemente aplastarnos, pero aún tiene tiempo y quiere hasta la ultima gota que pueda obtener.
Por las noches los barridos son más intensos, el miedo comienza a funcionar. Se corre el rumor. En su inmensa misericordia él nos abre nuevamente sus brazos para recibir a todos los que quieran seguirlo, sus trenes salen todos los días llevándole a todos los que se han dado cuenta de su falta de juicio. El ha venido para traer abundancia, felicidad y poder para los hombres. La tentación es grande.
El miedo, el hambre, la incertidumbre comienzan a cobrar sus frutos, y muchos se acercan voluntariamente a las estaciones de trenes, van tras la promesa, aunque saben que al final caerán.
Llevan a sus hijos, quienes van voluntariamente.
Ya no hay inocentes, todos saben la verdad. El poder de la bestia se expande.
Aún queda una loca esperanza, aún resistimos.


(registro i: la voz del anciano)