miércoles, abril 12, 2006

ALERTA PREVIA

Devuelta en una micro, mientras me descongelaba sentada al sol, note que un sujeto se paro de su asiento, me llamo la atención, vestía con una camisa de color verde bastante llamativa, pero no era eso, tenía unos papeles en la mano, me dio la impresión de que estaba ansioso por algo... miro a los pasajeros, incluyéndome... y mi alarmas interiores se activaron de inmediato.

Después de presenciar varios lanzazos en las micros, me he vuelto receptiva a presentir posibles robos, la mayoría de las veces solo me doy cuenta de que me instinto gritaba, solo después de que sucedía, pero esta vez, fue tan claro. Tenía miedo.
El tipo se ubico detrás del chofer, y no parecía que fuera a bajarse, por un momento recordé el secuestro de un bus con todo y pasajeros, la adrenalina comenzaba a aumentar, mire al tipo por si tenia algún bulto o paquete que indicara un arma, pero si lo tenía no lo vi, el viaje continuo y a la altura de providencia, comenzaron a subir varias personas mayores, temí que el tipo le quitara la cartera a alguna de ellas, pero algo me decía que no, el estaba buscando algo mas pequeño y de valor, miraba a la gente de forma tan calculadora que me sorprende que nadie mas lo notara, yo llevaba unos lentes de sol y me los saque para evitar ser la victima, el tipo era bastante grande, se veía fuerte, y su rostro era frío y violento, cabello muy corto, la versión picante de Álvaro Rudolfi.
Cercano al mall panorámico subió una mujer mayor, muy bien vestida con un collar llamativo, pero no sé si seria de oro, la vi y lo supe. Ella era la victima. Que hacer?, pensé ir y sentarme a su lado pero el tipo seguramente ya se me había dado cuenta de que yo lo miraba hace rato, los pasajeros seguían subiendo y bajando, mi atención estaba fija en el sujeto, aunque trataba de disimular, el asiento delante del mío fue ocupado por otra persona, llegando a los leones el chofer también había notado a esas alturas al sujeto tras su asiento, le pregunto algo, el tipo le contesto como si estuviera buscando una calle, al final se bajo, me relaje un poco, por lo menos no había pasado nada, pero la sensación de peligro no había pasado, seguía allí, como timbres sonando, y no podía entenderlo, hasta que de pronto el pasajero que se había sentado en el asiento de adelante, se paró repentinamente cuando la micro estaba detenida y con la velocidad que los caracteriza le tomo el cuello, tiro del collar y arranco ante el asombro y rabia de los pasajeros.
Me dio mucha rabia, con él, pero más conmigo, yo lo supe todo el tiempo y no hice nada, el miedo y la sensación ahora si desaparecieron, es probable que los dos sujetos estuvieran en esto juntos, por lo general nunca están solos. Pero yo lo había percibido desde el comienzo, por primera vez fui conciente del llamado de mi instinto, con una fuerza que no había sentido antes. La señora se tocaba el cuello y se notaba la marca rojiza que el tipo le había dejado, otro pasajero se acercó a ella para preguntarle si estaba bien, yo no fui capaz, sentí vergüenza.
Me baje igual que ella frente al apumanque y tenía tantas ganas de hablarle y pedirle disculpas, pero al final solo la pase de largo, preguntándome si me hubiera acercado y le hubiera advertido, ¿me hubiera creído?, o ¿el tipo me habría fichado para una venganza posterior?, quién sabe, tengo tantas preguntas y nadie a quien preguntarle.

voces

A veces siento una voz que me habla con una voz suave...
parecida a la mía, y muchas veces pasa desapercibida, pero a veces logro escucharla , como si alguien de muy lejos estuviera hablándome, no a mí directamente sino a mi interior, como para que yo no me diera cuenta, o tal vez esa es su forma de comunicarse, así sutilmente, sin invasiones, solo un canto leve y fluido, calmado, lleno de dulzura.
Ese murmullo siempre esta, solo cuando estuve tomando pastillas para dormir despertaba con un profundo vacío, un silencio hueco en mi cabeza, y descubrí con horror que las voces no estaban, lejos de tranquilizarme, me hicieron sentir peor, era como estar dentro de un teatro vacío, donde mi propia voz reverberaba en una hueca soledad, deje las pastillas y elegí el insomnio, a quedarme sin el eterno murmullo.